Porque te quiero
aceptaba tus silencios
y esperaba con ansia
las escuetas palabras
que me subían al cielo.
Porque te quiero
aceptaba tus miradas amistosas
hasta que un día, se cumplió el sueño
y pude ver en tus ojos, el brillo del deseo.
Porque te quiero, aunque duela,
acepto ese "arrebato de cabreo".
Quizás con el tiempo . ...
esos ojos miren amistosos de nuevo.