Al llegar la madrugada
sin un cuerpo que te abriga
te acercas a la candela,
suspiras, mirando arriba.
Preguntas a las estrellas
por el dueño de tu vida.
Donde queda su carreta
que quieres verle enseguida.
Dicen que ya eres madura
que no eres una chiquilla,
no puedes ir a la arena
"pa" buscarte compañía.
Mas la sangre de tus venas
va trotando y no se fija,
si en tu cuerpo están las huellas
de los años que caminan.
Tu permaneces despierta
viendo caras que dormitan,
estas oyendo las palmas
que llegan de la otra orilla.
Ya están temblando tus piernas
al son de las guitarillas
pero te muerdes las ganas,
mirando arriba suspiras.
¡ Ay si tú a mi me escucharas !
con que ganas te diría,
deja que hablen las otras
que te importa lo que digan.
Te bautizaron la sombra,
la sombra de las marismas.
No seas de esas oscuras
que van penando en la vida.
Tú se de las que se buscan
cuando el calor atosiga,
donde los cuerpos se tumban
para buscar tus caricias.
