sábado, 1 de marzo de 2014

EL HOMBRE DEL ABRIGO GRIS

Entonces volvió el recuerdo, que noches atrás decía.
Yo era una niña pequeña, aquel año en carnaval, 
en mi clase el disfraz era " las razas, pueblos y  continentes."
Había chinas, mejicanas, africanas.Velos, joyas y turbantes
las más guapas las de oriente.

Yo iba de hawaiana,los otros trajes, eran de tela
entonces ( igual que ahora ) era pobre, y lo llevaba de papel.
Pero en verdad me gustaba, la verdad es, que me sentaba bien.

Por el pecho mucha flores en guirnaldas 
la falda tiras de colores.
Debía llevar mayas, pero en la tienda no quedaban,
además nada se me iba a ver.
Así que llevaba medias, con ese tono cobrizo
que imitaba a su piel.

Ya estábamos en el desfile, había alguna madre
la mía, no fue.
Estaba aquel hombre de abrigo gris
no era ni viejo ni joven, no te sabría decir.
Era extranjero eso si,  llevaba un toma-vista
no sé si sería un turista que pasaba por alli.

De pronto empezó a llover, fuerte, con ganas 
todo el mundo a la carrera, yo quieta me quede
se deshicieron las flores, sentí que la falda también.

Imagíname allí sola, llorando ,sin saber que hacer
en bragitas, camisa y medias. 
¡ Que ya todo se me ve ! ¡Por Dios tierra tragame!

Y entonces se acerco él, agachándose, abrió sus brazos
y en ellos me refugie, me levanto del suelo,
arropada con su abrigo y al calor de su cuerpo
allí en su hombro lloré. Me beso y acaricio

Me tuvieron que separar a la fuerza, quería quedarme con él.
Me sabia protegida, a salvo, y aunque fuera irracional
me sentía mimada, querida, nunca había sentido un abrazo como aquel.
Quizás porque en mi casa no había hombres, 
que dieran besos o abrazos.

Esa sensación, o sentimiento, se convirtió en mi refugio, 
en los malos momentos de mi infancia, recurría a el.

No recuerdo su cara, solo me queda, 
un aroma de pipa y su abrigo gris, jamás le olvidaré.
Esa sensación la tuve dos veces en mi vida, bueno, ahora tres.

Supuestamente ya soy una mujer adulta.
Tú no te pareces en nada, pero contigo me siento, como con él.