sábado, 23 de noviembre de 2013

HOY ...






Hoy, no sé porque, estaba en casa sintiendo 
como negras telarañas caían del techo.
Si hubiera sido de noche, en otro tiempo,
en otra vida, que parece haber muerto.



 Habría buscado algún conjunto negro,
 una falda corta, medias, un liguero,
 esos zapatos que me acercan al cielo,
 y al pasar la noche vislumbro el infierno.



Pero no era de noche, ni es ese tiempo.
Una tarde de otoño, tras días de invierno.
Sin sombra de ojos, que en los labios si he puesto
 ahora calienta el sol, luego habrá viento.

Después me he cepillado con fuerza el pelo
he cogido de la cuerda unos vaqueros,
botas recias, son suaves, de cuero viejo,
la chaqueta, esa que abraza sin quererlo.

He vuelto a salir al campo, otro paseo.
No hay asfalto, luces de neón no veo
ese mundo ya se quedo atrás, muy lejos.

Miento si digo que no lo hecho de menos.


No tendría este verde mar, creo que heno,
ni flotan flores mecidas por el viento,
las nubes no dan besos, no es tan azul el cielo.



Aquí están vivas las piezas del museo
 ovejas pastando, afinan sus cencerros
los caballos miran, creo que van riendo.



Las vacas tranquilas, en sus bañeras bebiendo
pájaros roban su agua, mas no hacen aspavientos,
y aunque llegan los perros, no levantan el vuelo.



Y esta tarde estabas tú, ibas en mi pensamiento,
eras esa brisa que alborotaba mi pelo,
acariciabas mi oído, susurrándome versos.



Si miras al horizonte se puede ver Gredos
a sus cumbres nevadas, ya les llego el invierno,
en mí aún sigue el sol, por que estás, aunque no te veo.