Si te dijera que tengo
una isla en el infinito,
que estoy entrando y saliendo
pero que no sé el camino,
pensaras que estoy mintiendo
que estoy teniendo delirios.
Mi isla sabes, va rotando
nunca tiene sitio fijo
igual se mueven los astros
arriba atados a un hilo.
Mi isla se ha ido formando
como paginas de un libro
al principio estaba en blanco,
yo no soy un ser divino,
mas mis sueños la crearon
como un mundo chiquitito.
Es el refugio que tengo
refugio al que yo te invito
mas tienes que estar durmiendo
o tener alma de niño.
Por supuesto tiene mar
será el más limpio que has visto
Hay criaturas en el fondo
sirenas con su castillo.
En la arena están las huellas
de unos pegasos divinos
mas también de las carreras
de centauros, padre e hijo.
En esta playa quisiera
que tu estuvieses conmigo
de arena nuestro lecho
tan solo el sol de testigo.
Allá arriba en la montaña
hay un monasterio antiguo
el claustro con su silencio
la biblioteca con libros.
Por el bosque corretean
unos cuantos cervatillos
vigilando están las hadas
y los elfos escondidos.
Te llevaré a la cascada
con los juncos y los lirios
que allí te acaricie el agua
después beberé sus hilos.
Tras la cabaña del lago
hay un templo pequeñito
allí danzan las vestales
Celebrando los solsticios.
Te espero en esas columnas
cuando el sol se haya escondido.
Con nuestros cuerpos desnudos
quiero celebrar un rito.
Me quiero entregar a ti
en cuerpo y alma, te digo.
Mas no te quiero amarrar
ni siquiera con cariño.
Yo aquí en esta isla te espero
siempre serás recibido.
Si me quieres en tu mundo
llámame, que yo te sigo.
